
De hecho, mientras que el propio Raúl Moro afirmaba públicamente a mediodía de ayer no saber nada sobre el movimiento de su sucesor y que de producirse, no sería legal, el Real Murcia elaboraba un comunicado confirmando el cambio de dueño que se publicó a las 16.58 horas. La discrepancia entre comprador y vendedor radica en la interpretación de una de las cláusulas del contrato que ambos firmaron, que asegura que éste se podría rescindir por Moro si los jugadores acumulan tres mensualidades sin cobrar, como es el caso. Pero el hecho de que estas mensualidades no sean consecutivas es lo que, según el entorno del mexicano, hace posible que esa cláusula no sea válida y que por lo tanto la compra sea legal.
García de la Vega ha pillado a Moro desprevenido. El mexicano, agente futbolístico y exagente de banca de alto nivel que se considera un hombre profundamente religioso y amante de su familia, llegó al Real Murcia el pasado mes de diciembre, justo después de acercarse a Osasuna y el Lorca FC, entidades en las que no llegó a entrar. Después se cruzó en su camino el club grana, del que se encaprichó por sus posibilidades. «Es como cuando conoces a varias chicas y te enamoras de la mejor», aseguró en su presentación como nuevo gestor efectuada el pasado 8 de enero.
El pacto con Raúl Moro fue como un alquiler con derecho a compra: gestionaría el club en Segunda B, sin pagar dinero por ello, y con una cláusula de compra de la entidad en el contrato que vencería en 2019. Pero antes de lograr un hipotético ascenso, y de que su proyecto esté más encauzado, García de la Vega ha dado el paso definitivo y se ha quedado con el 84% de acciones de Moro. Un acto de valentía que nadie esperaba que hiciera en Segunda B. Además, sin avisar y contra todo pronóstico. De hecho, Raúl Moro ya había emitido algunos signos de desconfianza hacia él, sentimientos que también otros miembros del todavía Consejo grana han manifestado. García de la Vega alimentó las dudas tras no mostrarse como un millonario derrochador, aunque ya ha demostrado sus dotes como gestor de un equipo de fútbol.
El acecho de otro inversor
La noticia adelantada por 'La Verdad' el pasado viernes sobre el acercamiento de un inversor americano interesado en el club, ha hecho que García de la Vega haya vuelto de México más decidido, lo que hizo que ayer mismo pasara por el notario y comprara el Real Murcia, club que compartirá con más de tres centenares de accionistas que suman, entre todos, el 15,8% de la propiedad. García de la Vega, con un movimiento de ajedrez, ha apartado a Raúl Moro del mapa solo un año y tres meses después de haberse puesto al frente del Murcia, aunque Moro ya había dado un paso atrás en diciembre de 2017, después de poner un millón de euros de su bolsillo.García de la Vega, que renunciará a su condición de agente FIFA para ejercer como dueño del Murcia, formará parte del nuevo Consejo y seguirá adelante con su plan. Aunque antes, deberá convencer, hoy, a los futbolistas y empleados de la entidad, a los que debe pagar la mensualidad de febrero y con los que se ha citado hoy en la Nueva Condomina. Un movimiento que terminaría de dar credibilidad al nuevo dueño del Murcia y que silenciaría a los que dudan de sus intenciones.
Fuente: La Verdad