
Además, hay una contradicción a la vista: mientras que Raúl Moro insistió el pasado fin de semana en su cuenta de Instagram en que «solo quiero que Mauricio me dé el millón de euros que yo he puesto», sus propios abogados visitaron el viernes por la mañana al notario que conoce los asuntos del Murcia. El motivo: actualizar los últimos datos del conflicto y confirmar con el propio notario que la cantidad que Mauricio García de la Vega tiene que abonar a Moro se acerca a los 200.000 euros, muy lejana pues de la que ha manifestado Moro públicamente.
Por lo tanto, oyendo a las partes nada encaja, aunque hay un dato más al que ha accedido 'La Verdad' y que puede ser clave para desenredar el entuerto. Y es que en el contrato entre ambos pretendientes se pactó la venta del club en un millón, como efectivamente asegura Moro, aunque en dicho acuerdo también se pudo incluir una cláusula por la que a dicha cantidad se le descontarían las pérdidas generadas en el año de mandato del extremeño, una cifra que él mismo, en privado, asegura que estaría cercana a los 800.000 euros.
Por lo tanto, sobre la mesa se halla la pretensión de los abogados de Moro, el precio inicial de venta del club, las pérdidas generadas por el propio Moro y una auditoría encargada por De la Vega y realizada por la firma BNFIX, de la que es socio y director el economista Ramón Madrid. Todo conforma una puzle que tiene alejadas a las partes, por el momento.
Moro quiere el dinero de inmediato o, si no, que García de la Vega deje sitio a Gálvez Brothers, los nuevos inversores que, asegura el extremeño, sí le pagarían su millón y se harían cargo de las nóminas hasta el final de la temporada, si se marcha el mexicano. Pero el propio García de la Vega dice que el club es suyo y que la cantidad que tenga que pagar a Moro será exigible una vez que el Consejo Superior de Deportes autorice la venta, algo que parece imposible, de momento, puesto que Moro ni siquiera comunicó al CSD que compró el Murcia a los Samper.
Fuente: La Verdad