
Kike García estuvo una temporada y media en tierras inglesas. A mitad de su segundo año decidió regresar a LaLiga, firmó en la SD Eibar, y el curso acabó con el ascenso a Premier League del Boro. El Real Murcia exigió el pago del millón de euros pero los de Riverside se negaron al considerar que el ariete no formaba parte del club en el momento de conseguirlo. Ahí empezó la batalla judicial, en la que desde Nueva Condomina contaban con la total confianza de salir victoriosos.
Con el paso de los años, y tras la salida de la familia Samper, los que gestionaron el club contaban con ese millón de euros e incluso más. Y es que el TAS le dio la razón al Real Murcia, lo que elevaba la cifra a 1.200.000 euros (había que incluir los intereses). Pero en el día de hoy, mediante un comunicado, la entidad grana informó del acuerdo sin dar datos sobre lo ingresado, que podría rondar los 500.000 euros. El motivo de aceptar dicha cantidad no es otro que la urgencia por saldar "la deuda concursal subordinada" que se mantenía con la Agencia Tributaria y que rondaba el medio millón.
Fuente: AS