
La llegada de Moro Martín y la aportación de 400.000 euros en la ampliación de capital por parte del extremeño ha hecho al club grana mirar al mercado en busca de aumentar sus prestaciones para poder luchar contra los equipos que, desde que arrancó la Liga, están enganchados a los puestos de 'playoff'. De momento, Flores ha comenzado a dar sus primeros pasos, a tener las primeras reuniones con la gente del fútbol que conoce y a perfilar sus primeros movimientos de cara a un mercado que se inaugura oficialmente el 2 de enero y para el que el manschego solo tendrá una limitación: no podrá incrementar el gasto deportivo de la temporada actual del Real Murcia en más de 200.000 euros.
Es una de las cláusulas que aparece en el poder notarial que Víctor Alonso hizo llegar a Flores, de parte del Consejo, hace dos días y que permite al manchego fichar o cesar a miembros de la plantilla y cuerpo técnico del Murcia subiendo el gasto anual de la cantidad prevista cuando arrancó la temporada. Cabe recordar que el coste de la plantilla del Real Murcia diseñada por Fernández Romo, en lo que respecta solo a los jugadores, es de 650.000 euros, mientras que en lo referido al cuerpo técnico sobrepasa los 300.000. En este último apartado están incluidos, además de Paco García y sus tres ayudantes directos, el propio Fernández Romo, los utilleros, fisioterapeutas, el delegado y otros profesionales que comparten trabajo con los jugadores sobre el césped. El nuevo director deportivo grana también está estudiando los contratos de los técnicos y analizando de dónde podría recortar un pico más.
Por lo tanto, Deseado Flores tiene capacidad para mover los peones que quiera, tanto en la parcela técnica como en lo referente a la plantilla. Si con estos movimientos es capaz de reducir gastos rescindiendo contratos a bajo costes y reduciendo salarios, obtendría una cantidad extra que también podría sumar al dinero del que va a disponer para fichar. O lo que es lo mismo, el Consejo le permite que la diferencia entre el coste del despido de un jugador o técnico (la indemnización que se llevará el profesional si el Murcia le rescinde su contrato) y el sueldo de dicho profesional que se ahorra el club hasta junio de 2016, sea sumada a la cantidad que puede gastar.
De ahí que el nuevo encargado de la parcela deportiva grana vea con buenos ojos desprenderse de Wilson Cuero a finales de enero, si surge la oportunidad, ya que su alta ficha sería un activo más para Flores. El tope de los 200.000 euros fue fijado por Abarca y los suyos para hacer prevalecer el principio de mesura y para que Deseado no pudiera gastar por encima del dinero que quedaba en las arcas granas hasta el desembarco efectivo de Moro Martín. En todo caso, a partir de la Junta del 28 de diciembre, y si Moro Martín se hace con el poder del club, podrá agrandar o reducir la cantidad de dinero que su amigo Deseado Flores tiene para fichar a jugadores.
El tesoro más preciado
En el mercado invernal el bien más escaso son los delanteros que marcan goles. El Murcia quiere fichar uno o dos para suplir su falta de puntería desde que arrancó el curso. En el grupo IV de la Segunda B goleadores del corte de Chumbi, Manu Onwu, Despotovic y Arturo, entre otros, se acercan en todos los casos a unas fichas de 60.000 euros anuales, siendo las de algunos de ellos más altas. De esta forma, si el club grana quiere imponerse en el mercado a otros equipos de la Segunda B que también busquen goleador, deberá poner encima de la mesa 40.000 euros para suplir esta carencia de aquí al final de la temporada.
Los extremos, otra de las posiciones que quiere reforzar el Murcia, son más baratos, y su precio hasta el final de campaña puede estar cerca de los 25.000 euros, siempre en función del equipo y la categoría del que procedan. Es un coste aproximado a lo que le puede costar un centrocampista de corte defensivo como el que quiere Paco García, con experiencia y jerarquía en la Segunda B. El club grana podría incluso buscar un lateral izquierdo y alguna pieza más, pero siempre en función de lo que le ofrezca el mercado de jugadores que no tengan sitio en Segunda, que hayan despuntado en Tercera y que quieran cambiar de aires en Segunda B.
Lo que tiene que decidir Deseado Flores en los próximos días es qué hace con Fernández Romo. El director deportivo madrileño tiene un contrato bajo y ya no se habla con Paco García. De hecho, se comunica con algunos jugadores de la plantilla de forma individual e independiente, ofreciéndoles un mensaje distinto al del entrenador, lo que ha provocado más de una situación tensa. Flores podría intentar llegar a un acuerdo que sea bueno para las dos partes y que beneficie en lo económico al club que preside Abarca.
Fuente: La Verdad